Los terceros molares son los dientes que coloquialmente se llaman muelas del juicio o cordales. Sólo se presentan en la dentición definitiva o adulta. Se les denomina muelas del juicio porque, normalmente, erupcionan alrededor de los dieciocho años de edad. Si al erupcionar no presenta problemas y dispone de espacio suficiente, se trata de un diente mas en nuestra arcada dentaria, por lo que debemos mantenerlos como cualquier otro. Sin embargo, es el diente que más problemas provoca sobre todo por falta de espacio cuando comienza su erupción. Estos molares, al igual que todos los dientes, se forma dentro del hueso en una cavidad que se llama saco pericoronario. Cuando intenta erupcionar, este saco se abre y, en caso de no tener espacio, no puede salir mas (lo que los dentistas llamamos un molar impactado o enclavado). Esa zona se inflama y produce molestias o dolor. Es lo que se llama una pericoronaritis. Si esta situación persiste en el tiempo se puede provocar caries o infección de ese molar, lo que produciría un abceso o un flemón, que en algunos casos, puede extenderse al cuello u otras zonas del cuerpo. Por todo esto es muy importante que acudas a las revisiones periódicas con tu dentista para detectar estos problemas a tiempo y, en caso necesario, instaurar un tratamiento adecuado. En otras ocasiones, estos molares no intentan erupcionar y quedan dentro del hueso (lo que los dentistas llamamos un molar incluido), por lo que debemos realizar una radiografía para analizar su situación y su posición. Esto es muy importante para su control y descartar posibles patologías asociadas a ellos como, por ejemplo, quistes.